Hace mucho tiempo que dejé de creer en las princesas, dejé de imaginar la muerte del dragón a manos del valiente príncipe. Dejé de imaginar la rabia de la malvada bruja al ver a la maravillosa princesa feliz, junto a su príncipe. Dejé de creer en ello, dejé de imaginarte de nuevo en la puerta de mi casa, dejé de correr hacía el móvil cada vez que sonaba, pensando que serías tú, pensando que volverías, que cumplirías tu promesa del "durará para siempre". Dejé de pensar que el amor lo podía todo. Así que cállate y que la palabra "amor" no vuelva a salir de tu boca.

He dejado los miedos atrás, ya no le temo a la oscuridad, a la tristeza que me provocaba mirar el pasado, todos los errores cometidos, hoy sólo forman parte de experiencia adquirida. Ya no duele, ya no lastima. Las heridas cicatrizaron. Hoy soy feliz y sonrío. 

Quiero que me abraces fuerte, muy fuerte.

Presa de esta libertad condicional siendo culpable de saber, que amar hasta morir no suele salir rentable 

No me canso de quererte.

Me miras y me sonrojo. Como la ley de causa y efecto. Sí, es una ley, algo que nunca cambiará. 

Quizás en otra vida, en otro siglo, en otra galaxia. Siento que no puedo escapar de todo el encanto que desprende tu mirada, soy culpable de querer siempre, un poquito más de ti, entiéndelo es algo que llevo en mi genética, en mi ser, tú eres lo que necesito para sonreír una vez más.